jueves, 21 de febrero de 2013

El Octavius

Hoy voy a contar otra historia sobre los barcos fantasma. En esta ocasión hablaré del “Octavius”
Este barco fue encontrado el 12 de agosto de 1775 por un ballenero groenlandés en el norte del Océano Atlántico. Las velas estaban desechas y todo el barco brillaba bajo el sol, cubierto de escarcha.
El capitán y ocho marineros subieron al “Octavius”, del que no habían oído hablar nunca. En el barco reinaba el silencio y econtraron en los camarotes a veintiocho hombres congelados bajo varias capas de ropa.
El capitán estaba también congelado en su cabina, con las manos entrelazadas sobre las piernas y la cabeza tumbada hacia un lado. En otra cabina había otros tres muertos: una mujer con los ojos muy abiertos y “mirando” a un hombre sentado intentando hacer fuego. Bajo una chaqueta descubrieron el cuerpo de un niño que abrazaba a un muñeco de trapo.
Los marineros querían marcharse ante tal situación, pero no se fueron hasta que el capitán encontró el cuaderno de bitácora.
Regresaron todos a su barco, desde donde pudieron ver al Octavius perderse sin rumbo en el horizonte.
En el cuaderno de bitácora faltaban todas las páginas excepto la primera (con fecha del 10 de septiembre de 1761. El barco se dirigía de China a Inglaterra) y la última página sólo tenía una pequeña anotación:
“11 de noviembre de 1762. Hasta ahora hemos estado atrapados en el hielo durante 17 días. Nuestra posición aproximada es Longitud 160 O, Latitud 75 N. El fuego finalmente se extinguió

ayer y el maestre ha estado tratando de encenderlo otra vez pero sin mucho
éxito. Le ha dado la piedra a uno de los marinos. El hijo del maestre murió esta
mañana y su esposa dice que ya no siente el frío. El resto de nosotros no siente
lo mismo en esta agonía.”
Todo había sucedido 13 años atrás, por lo que el Octavius había estado viajando él solo sin rumbo. Según la posición, había estado atrapado en el Océano Glacial Ártico,al norte de Alaska y fue encontrado a miles de kilómetros.
Esto quería decir que el Octavius había atravesado el “Paso del Noroeste”, que conectaba el Océano Pacífico con el Océano Atlántico. No fue hasta 1906 cuando otro barco (el Gjoa, comandado por Roald Amundsen) cruzó el “Paso del Noroeste”.
Sin embargo, el primero que lo cruzó fue el Octavius, que navegó durante más de trece años sin tripulación entre aguas congeladas.

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